by Nadine J. Smet-Weiss, Community Liaison,

Traducción por Johnathan Rodriguez-Baez and Ana Villaman, Health Educators (lee abajo)

 Palo Magazine – September 2020

As we work to accurately count all residents in the 2020 Census, there is one thing we can be certain of: Hispanic youth will be a much larger percentage of the population than they were the last time (2010) around. As recently as 2016 Pew Center research showed a 22% increase in the under-age-18 Hispanic population between 2006-2016, for a total of 18.3 million youth. Ninety-percent of these youth are U.S. born citizens, with more than 50% of them being second-generation Americans.

Like many first- and second-generation youth before them, they are faced with the challenging opportunity to choose what, of their heritage, they will hold onto and what they will release in order to grasp their vision of the “American Dream.” Surrounded by a growing group of Hispanic leaders at every level in our local community, they see varied living examples that may help to shape that vision. At the same time, their identity is influenced by growing up in this culture and developing their own sense of what it means to be “American.”

As they navigate their way, educator Deborah Roffman advises that the adults in their lives share 5 responsibilities: affirm them, provide the information they need at this developmental stage, help them to clarify their values, continue to set appropriate limits, and offer guidance as we gradually turn them over to themselves. While cultures and families may have their own particular values, Roffman asserts that there are 4 core values we can all agree on: respect, responsibility, honesty and compassion.

As each of our youth carves out their own identity, they also help to form our identity as a community. We need to be in this together.

 

No es una sola historia

A medida que trabajamos para contar con precisión a todos los residentes en el Censo de 2020, hay una cosa de la que podemos estar seguros: los jóvenes Hispanos serán un porcentaje mucho mayor de la población que la última vez (2010). Tan recientemente como 2016, la investigación del Pew Center mostró un aumento del 22% en la población Hispana de menores de 18 años entre 2006-2016, para un total de 18.3 millones de jóvenes. El noventa por ciento de estos jóvenes son ciudadanos nacidos en los Estados Unidos, y más del 50% de ellos son estadounidenses de segunda generación.

Al igual que muchos jóvenes de primera y segunda generación antes que ellos, se enfrentan a la difícil oportunidad de elegir qué, de su herencia, se aferrarán y lo que liberarán para comprender su visión del “Sueño americano”. Rodeados por un creciente grupo de líderes Hispanos en todos los niveles de nuestra comunidad local, ven ejemplos vivos y variados que pueden ayudar a dar forma a esa visión. Al mismo tiempo, su identidad se ve influenciada por crecer en esta cultura y desarrollar su propio sentido de lo que significa ser “americano”.

A medida que navegan por su camino, la educadora Deborah Roffman aconseja que los adultos en sus vidas compartan 5 responsabilidades: afirmar su identidad, proporcionar la información que necesitan en esta etapa del desarrollo, ayudarlos a aclarar sus valores, seguir estableciendo límites apropiados y ofrecer orientación a medida que gradualmente los entregamos a sí mismos. Mientras que las culturas y las familias pueden tener sus propios valores particulares, Roffman afirma que hay 4 valores fundamentales en los que todos podemos estar de acuerdo: respeto, responsabilidad, honestidad y compasión.

 

A medida que cada uno de nuestros jóvenes tallan su propia identidad, también ayudan a formar nuestra identidad como comunidad. Tenemos que estar juntos en esto.

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