El Palo – April 2021

Walking the Talk

by Nadine J. Smet-Weiss, Community Liaison; translated by Johnathan Rodriguez-Baez, HRC and Youth Ambassador Coordinator

What is it that you want your children to learn? What kind of people do you want them to become? How do you embody that? These are the top three questions you’ll want to ask yourself to assess how well you are filling the “role model” responsibilities of parenting. A fourth question you might consider adding is: who are the other important adults in my children’s lives who can be role models for them?

If you have a partner (or a good friend) to share these questions with, even better! Together you can talk about these questions to clarify your thinking. With clearer thinking, actions to support what you are doing well and decisions about where you might like to improve come more easily.    

The real challenge of parenting is how be an example of the values you hope your children will live by. It is one thing to tell children how we want them to be, it takes a lot more work and self-awareness to model those aspirations. And the truth is, they are learning a lot more from what they see you do than what they hear you say. The ideal, of course, is that what you say matches what you do.

If you want them to be respectful, do you demonstrate respectful behavior toward them and others? If you want to instill the value of education, do you continue to learn and show interest in their learning? If you say health is important, are you eating a balanced diet, exercising and getting enough rest?  And if they act in a way that goes against the values you try to teach, rather than react with a shriek of horror can you be curious about when and where they may have witnessed acceptance of that behavior?  

The good news is that there is no requirement to be what you can’t be, so you don’t have to be perfect. In fact, acknowledging your mistakes, accepting responsibility, apologizing and talking through how to do better is a powerful way to role model what it means to be human. 

 

Caminando la Charla

¿Qué es lo que quieres que aprendan tus hijos? ¿En qué clase de gente quieres que se conviertan? ¿Cómo personificas eso? Estas son las tres preguntas principales que querrá hacerse para evaluar qué tan bien está llenando las responsabilidades del “modelo a seguir” de la crianza de los hijos. Una cuarta pregunta que podría considerar agregar es: ¿cuáles son los otros adultos importantes en la vida de mis hijos quienes sirven de modelos para ellos?

Si usted tiene un compañero (o un buen amigo) con quien compartir estas preguntas, ¡mejor aún! Juntos pueden hablar sobre estas preguntas para aclarar sus pensamientos. Con pensamientos más claros, las acciones para apoyar lo que está haciendo bien y las decisiones sobre dónde le gustaría mejorar vienen más fácilmente.   

El verdadero desafío de la crianza de los hijos es cómo ser un ejemplo de los valores que espera que sus hijos vivan. Una cosa es decirles a los niños cómo queremos que sean, pero se necesita mucho más trabajo y autoconciencia para modelar esas aspiraciones. Y la verdad es que están aprendiendo mucho más de lo que te ven hacer que de lo que te oyen decir. Lo ideal, por supuesto, es que lo que dices coincida con lo que haces.

Si quieres que sean respetuosos, ¿demuestras un comportamiento respetuoso hacia ellos y hacia los demás? Si quieres inculcar el valor de la educación, ¿sigues aprendiendo y mostrando interés en su aprendizaje? Si dices que la salud es importante, ¿estás comiendo una dieta balanceada, haciendo ejercicio y descansando lo suficiente?  Y si actúan de una manera que va en contra de los valores que intentas enseñar, en lugar de reaccionar con un grito de horror ¿puedes tener curiosidad sobre cuándo y dónde pueden haber sido testigos de la aceptación de ese comportamiento? 

La buena noticia es que no hay ningún requisito para ser lo que no puedes ser, así que no tienes que ser perfecto. De hecho, reconocer sus errores, aceptar la responsabilidad, disculparse y hablar a través de cómo hacerlo mejor es una poderosa manera de modelar lo que significa ser humano. 

 

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